Trabajo y libertad
Teresa Barro La falta de trabajo fue siempre un gran instrumento de las oligarquías para sembrar miedo y obtener sometimiento y reverencia, pero no puede haber democracia sin libertad y no puede haber libertad sin trabajo. Las dos grandes ideologías políticas del siglo pasado, el comunismo y el capitalismo, adoptaron actitudes extremas en cuanto a si la fuente de todo trabajo debía ser estatal o privada, pero, al final, lo que tan opuesto parecía tuvo los mismos resultados. El mundo capitalista se fue pareciendo cada vez más al comunista y el comunista al capitalista porque los dos estuvieron manejados por oligarquías que se valieron de dogmas y promesas de felicidad eterna para que no pudiese haber trabajo de verdad y dependiese de ellas conseguir el poco que hubiera. La derecha y la izquierda políticas tendrían que revisar su actitud hacia el trabajo y dejar a un lado los dogmas y las beaterías. Lo más importante para cualquier país es que haya trabajo para t