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Mostrando entradas de 2016

Aborto y legislación

Teresa Barro Hay problemas que no se pueden resolver con legislación porque surgieron de grandes abusos e injusticias y solo se podrán juzgar cuando dejen de existir las condiciones que los crearon.  En la cuestión del aborto hay dos bandos contrarios, tan empeñados en ganar y en que se les dé la razón que a los dos les costaría aceptar que lo mejor sería no legislar y que cada cual hiciese lo que mejor le pareciese. En estos momentos la cuestión del aborto está tan politizada que ya parece haberse convertido en pregunta obligada para hacer a todos los políticos.  La contestación que den servirá para clasificarlos de derecha si no aceptan el derecho al aborto, y de izquierda si se manifiestan dispuestos a promover ese derecho.  La postura en contra es de ¨orden¨ y ¨valores¨,  y la de estar a favor es ¨progresista¨ y liberal. Sería más fácil creer en la sinceridad de la defensa de la vida que hacen los que quieren que se castigue el aborto si aplicasen la misma severidad de juicio

Utopías, paraísos y dictaduras

Teresa Barro Las ideologías políticas que en el siglo pasado se impusieron con fanatismo religioso fueron en realidad utopías que no dejaron que se hiciese política democrática.   Las dos grandes ideologías, el comunismo y el neoliberalismo, sirvieron para implantar dictaduras manejadas por elites que se valieron de la doctrina para doblegar y aniquilar toda posible oposición. Las dos tuvieron tanta fuerza porque ofrecieron la utopía de un mundo feliz y sin problemas. La utopía, a diferencia del ideal difícil pero realizable, ofrece un paraíso en el que solo reinarán los buenos, los inteligentes, los que tienen la razón de su parte y no pueden equivocarse.   Hay detrás de toda utopía un Edén, un Paraíso en el que solo habitan los perfectos y en el que no hay nada que hacer porque ya está todo hecho para siempre.   La lucha entre el bien y el mal, los malos y los buenos, está siempre presente en la utopía en forma de aniquilación de los malos, de todo lo que difiera de lo manda

Los automatismos de España

Teresa Barro Las naciones son como las personas en que tienen que tomar conciencia de los automatismos aprendidos y heredados, fruto de su historia y circunstancias, y analizarlos para que no interfieran en el proceso de conseguir autenticidad, temple e independencia.   Si no se hace, la persona o la nación repetirán sin cesar pautas que creen muy suyas y rara vez lo son, y temerán al cambio, porque sin esas pautas repetitivas no sabrán qué hacer consigo mismas. Muchos historiadores dudaron de que España llegase alguna vez a verse a sí misma como nación y se inclinaron a pensar que sus habitantes solo se identificaban con lo local, con el lugar donde habían nacido y se habían criado.   La dimensión nacional e internacional no parece haberse cultivado y eso contribuye a muchos de los males del país y al desconcierto, la pasividad y la inseguridad de fondo que lo caracterizan.   España no se conoce a sí misma porque no conoce su propia historia, que le contaron mal y al revés, e

La España de después de Franco

Teresa Barro La muerte de Franco trajo el paso de la dictadura a la democracia.   Pero el gran error, quizá   impulsado por los que manejaron todo ello, fue creer que la democracia es fácil y se hace sola, y que basta con cambiar el régimen político, o darle otro título, para liquidar los efectos de la dictadura.   Más aún cuando, como sucedió en España, la dictadura de Franco acabó con el intento de abrir la ventana y dejar que entrase aire fresco e hizo que se volviese a lo de siempre, a la España dominada por una jerarquía eclesiástica dedicada a hacer negocio valiéndose de la religión y con una enseñanza que dejaba desnutridas y mal orientadas las facultades intelectuales y desalentaba el pensamiento.   Un país en el que no había trabajo ni podía soñarse con una vida independiente, y con una economía cuya función había sido durante muchos siglos producir lo bastante para que hubiese algo que repartir entre las oligarquías y en la que a los pocos que trabajaban de verdad se les