Mesianismo
Teresa Barro La vida en España nunca cambió en todos los siglos que siguieron a los reyes católicos. Las pautas quedaron marcadas en aquel reinado y el modo de vida que se impuso llegó a parecer el único posible y hasta el deseable. Los extranjeros que en los siglos XVIII y XIX veían en lo que se había convertido la España arrogante y aún poseedora de un imperio pero que perdía todo por una falta de juicio casi incomprensible, empezaron a no tomarla en serio, a reírse de su humillación continua en el exterior y su incompetencia también continua en el interior, y a tenerla por un país de pobres y mendigos en el que nada funcionaba bien. Los habitantes de España también lo veían, pero no sabían cómo poner remedio a aquellos ¨males¨ que todo lo devoraban como una enfermedad perniciosa y sin cura. Los males hubieran podido remediarse con menos fe en que Dios estaría siempre de parte de sus ¨elegidos¨ y con una política acertada que atacase la raíz y no los síntomas de la enfermed