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Mostrando entradas de abril, 2013

España y su imperio

Teresa Barro El intolerante sistema que instauraron los reyes católicos y la iglesia en España hizo esencial que, para conservar la vida y los bienes, hubiese que cuidar la apariencia por encima de todo y no dar pie a que pudiera haber la mínima sospecha de que se trabajaba y se ganaba dinero con honradez, se pensaba, o se tenía más contacto con el extranjero que el necesario para imponer la religión ¨verdadera¨.   La relación normal con el exterior quedó prohibida. De la corte de los reyes se expulsó a los extranjeros. El mundo de fuera pasó a ser el enemigo del que había que protegerse, y eso explica la extraña relación de España con su imperio, un imperio al que nunca quiso ni apreció, ni siquiera por el poder que le daba en su relación con los demás países, que observaban atónitos la indiferencia, frialdad y falta de entendimiento y hasta de aprovechamiento con que España trataba a sus envidiadas posesiones del nuevo mundo. No es tampoco que España trata

El poder de la iglesia en la enseñanza

Teresa Barro España a partir de los reyes católicos estuvo casi siempre en bancarrota y sin un céntimo para nada. Como no se trabajaba y apenas se producía, el poco dinero que había se repartía entre la corona, unas cuantas familias y las órdenes religiosas. Con el tiempo se creó también una casta de funcionarios que ayudaban a mantener el sistema y que por lo menos tenían empleo y cobraban algo cuando llegaba el dinero para ello, que no era siempre. Esa pobreza en la que se hundió España contribuyó aún más a que la enseñanza cayese en manos de la iglesia. La miseria de la enseñanza pública cuando llegó a haberla hizo que cobrasen más importancia y poder los colegios religiosos, que, aunque enseñasen mal, tenían más medios y mejor apariencia . Tanto era el poder de la iglesia en el país y en la enseñanza que, cuando se pensó en crear un sistema universitario al estilo de otros países, fue imposible hacer un sistema de universidades independientes como las de

La mala formación intelectual en España

Teresa Barro El poder político que consiguió la iglesia católica en España a partir de los reyes católicos tuvo enormes consecuencias económicas, sociales y educativas. Empobreció el país, promocionó la desigualdad social e impuso una educación intelectual deficiente que llevó al atraso. La España de antes de los reyes católicos era un lugar buscado por los amantes del saber. La de después fue un lugar anulado por la censura y en el que todo saber auténtico quedó prohibido y perseguido por una iglesia que quiso ser administradora única de conocimiento. España se convirtió en un país en el que no se podía ni trabajar ni pensar, y esa política la hundió en la pobreza y en la ignorancia. La formación intelectual  que se impuso dio mentes sólo capaces de ir por donde las encauzaban las autoridades y de imitar y repetir lo que otros hacían. Las universidades fueron despachos de  títulos de ¨nobleza¨ que no formaban el intelecto y aprisionaban la mente y que, en vez de propiciar el

La mala enseñanza en España

Teresa Barro En la España de la Inquisición la iglesia se apoderó de la transmisión del conocimiento intelectual. La enseñanza cayó en manos de un clero que ya antes de los reyes católicos tenía fama de ser uno de los más incultos de Europa. El objetivo principal de la enseñanza que se instauró en España fue el de evitar que nadie pensase por cuenta propia y que todos aceptasen a ciegas las versiones que transmitía la iglesia. España se convirtió en un país en el que se hablaba y no se leía. Leer en soledad, que habría cultivado la inteligencia y el carácter pero habría amenazado la unidad de pensamiento, quedó prohibido en la práctica, no sólo en la enseñanza sino en las familias. Sólo se permitía el contacto con los libros para ¨estudiar¨ y acceder con suerte a algún empleo. La mente y la personalidad ¨española¨ que surgió de ese sistema fue fatalista y crédula (el papanatismo español), incapaz de iniciativa personal y sostenida, siempre dispuesta a imitar lo que hacían los dem