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Mostrando entradas de junio, 2012

La falsa democracia

Teresa Barro Se supone que en la democracia los partidos políticos representan a los ciudadanos y cuidan de sus intereses. ¿Cómo es posible que lo hagan si reciben grandes sumas de dinero de quienes los usan para imponer las políticas que les convienen a ellos? Lo lógico es que cuiden los intereses de los que pagan. El fraude está en presentar como ¨transparencia¨ que declaren el dinero que reciben, sin declarar lo que dan a cambio. Los partidos políticos ¨democráticos¨ no pueden representar a los ciudadanos porque el que ganen o pierdan las elecciones depende cada vez más del dinero que gasten en promoverse a sí mismos. Nunca podrán cumplir lo que prometen a los votantes, porque a quienes tienen que satisfacer es a los que compran su aquiescencia y colaboración en el futuro. Es un fraude en gran escala que sirve para que las elites se repartan el mundo entre ellas y hace imposible la democracia. Junio de 2012

Columnas del patriarcado: ¨Honrar padre y madre"

 Teresa Barro El patriarcado crea ídolos para imponer mando y obediencia, superioridad e inferioridad. La autoridad de un ídolo no se cuestiona. Al ídolo hay que obedecerlo, adorarlo y reverenciarlo. En el tipo de familia que impuso el patriarcado, los padres son ídolos caprichosos e irresponsables que tienen todos los derechos sobre los hijos y casi ningún deber. La doctrina de la piedad filial se implantó mediante interpretaciones, falsas casi siempre, de las religiones. Con eso se asentó ya desde la familia el autoritarismo del patriarcado, lo que hizo fácil repetirlo en toda la sociedad. Las iglesias cristianas colaboraron en esa tarea declarando que el mandamiento de ¨honrar padre y madre¨ significaba que los hijos debían obediencia absoluta a los padres. Pero honrar padre y madre no puede ser un precepto autoritario de obediencia a la familia y a los ¨superiores¨. Quiere decir que hay que honrar a la humanidad, y para ello puede ser preciso desobedecer a las autoridades.

Fraude moral

Teresa Barro Es fraude moral afirmar, como lo hizo recientemente en público la máxima dirigente de una de las grandes instituciones financieras del mundo internacional, que el sufrimiento de los griegos en estos momentos no le importa porque no se puede comparar con el de los que sufren hambre o carecen de agua en África. La táctica de ¨alejar¨ el sufrimiento ayuda a quedar bien sin hacer nada, y ayuda, sobre todo, a seguir imponiento con impunidad la pobreza y el sufrimiento que esas instituciones y otras semejantes han causado. La sustitución de un sufrimiento por otro más lejano y que nadie va a comprobar si se alivia o no, es fraudulenta e inmoral. También es fraude moral afirmar que no hay recursos para cubrir la deuda de los países de la Unión Europea que han caído víctimas de la espoliación económica en gran escala. Dicen que no alcanza   con lo que tributan los ciudadanos, cuando los que eso afirman son los que se han enriquecido con esa deuda provocada por ellos

Moral y política

Teresa Barro Lo que conviene a las elites es que los partidos políticos y las gentes de derecha o de izquierda renuncien al juicio moral y aplaudan o denigren lo que se hace según quien lo haga, con espíritu de secta y sin pensar en nada. Que aplaudan si lo hacen ¨los nuestros¨ y denigren si lo hacen los del otro bando.   Pero la izquierda mundial se desprestigió cuando se negó a ver y juzgar las crueldades que estaban sucediendo en los países comunistas, o cuando decidió que Israel era modelo de socialismo cuando lo defendía Rusia y después se acordó de los palestinos cuando entraron los Estados Unidos en el juego, o cuando, en nombre de las diferencias culturales, no vio nada malo en la ¨costumbre¨de torturar y mutilar a las mujeres . Y la derecha perdió credibilidad y se desprestigió cuando fomentó atropellos, robos, abusos, torturas y dictaduras con tal de que no fuesen de izquierdas. Renunciar al juicio moral en las grandes cuestiones y sustituirlo por posturas que pa

La falsa superioridad de las elites

Teresa Barro La idea de que las elites tienen superioridad innata sobre los demás fue inculcada con ayuda de las iglesias y de los que explotaron creencias religiosas. Las elites estarían formadas por aquellos que ya lo habían merecido en vidas pasadas o por los que Dios había elegido para que gobernasen el mundo en su nombre. Así se acabó creyendo que las elites estaban integradas por los más competentes, inteligentes y buenos y que había que tratarlas con la deferencia, el respeto y la admiración que merecían por su origen casi divino. Esa idea de que las elites son mejores que los demás sigue tan viva como antes, aun entre los que no tienen creencias religiosas o quizá más aún entre ellos. Parece como si a las elites se debiese todo lo que de bueno se hizo en el mundo. Pero los grandes creadores, los grandes artistas, los grandes músicos, los grandes pensadores y todos los que trajeron evolución y adelanto no salieron, ni podrían salir, de las elites. Las elites viven ensimism